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Antonio Salas

Antonio Salas, 6 años después de

Antonio Salas, 6 años después de
  1. ¿Siempre quiso dedicarse al
    periodismo?

La verdad es que opino que médico, y maestro son las
dos mejores profesiones que existen. No creo que sea posible imaginar mejor
oficio que dedicarse a curar a tus semejantes, o a enseñarles. Pero creo que la
de periodista puede ser la tercera mejor opción. Soy demasiado impaciente para
ser médico y demasiado inquieto para ser maestro. Así que creo que, en el
fondo, siempre supe que este es el único trabajo que podría hacer. Y sea cierto
o no, me hace sentirme útil, que es lo mejor que se le puede pedir a un
trabajo.


  1. ¿Por qué el de investigación y no
    otro?

Respeto muchísimo a mis compañeros de la prensa
deportiva, la prensa política e incluso a la denostada crónica social. A pesar
de lo vilipendiados que son, a causa del intrusismo de contertulios televisivos
que no son periodistas, te aseguro que existen pocos profesionales de la
investigación “radical” tan eficientes como los paparazzis. Sin embargo el
periodismo de investigación me permite acercarme a temas que me interesan,
profundizar en ellos hasta que sacio mi curiosidad, y además contarlo a la
gente. A veces creo que los periodistas de investigación hacemos un trabajo
parecido al de los profesionales de los servicios de información, sólo que
nosotros no investigamos para ningún gobierno, ni para ningún partido político,
sino para toda la sociedad. Y el éxito 
de mi libro sobre los skins me permitió sufragarme los gastos de la
investigación sobre la trata de blancas. Y los ingresos de ese libro son los
que han sufragado la larga y costosa investigación de la infiltración actual.
Así que este tipo de periodismo encima me permite ser independiente. No podría
pedir más.


  1. ¿Qué características le atribuiría a
    un buen periodista de investigación?

A todo buen periodista le pediría independencia y
objetividad, pero se que eso es utópico. Cuando dependes de un medio de
comunicación determinado, sabes que tu trabajo será filtrado por los intereses
de dicho medio. Todos mis reportajes de cámara oculta, antes de Diario de un
Skin, fueron censurados. Y se que la independencia que yo disfruto, gracias a
los lectores de mis libros, es inusual. Así que 
creo que lo importante es que tenga persistencia y tenacidad. Para
ciertas investigaciones hace falta una enorme capacidad de sacrificio y
paciencia. Yo llevo más de cinco años con la infiltración en la que estoy ahora,
y he tenido que hacer cosas que jamás imaginaria que tuviese que hacer por una
investigación…


  1. ¿A quien admira de su profesión?

Existen autores, como, John Lee Anderson, David Yallop,
etc, capaces de dedicar años a perseguir un tema, y hacer sacrificios
increíbles. Anderson incluso se mudo cinco años a Cuba para preparar su
antológica biografía sobre el Che. Pero creo que en España también tenemos
grandes periodistas de investigación. Es evidente que Manuel Cerdán y Antonio
Rubio hicieron historia con sus trabajos sobre el GAL, igual que Fernando
Rueda, pionero en la divulgación de los secretos de nuestros espias. Enric
Frattini, Pepe Rodríguez, etc.  Y
televisivamente hablando, por supuesto Jon Sistiaga. Fuimos compañeros en
Telecinco, junto con Xose Couso, que también fue mi cámara en alguna ocasión, y
no me pierdo ninguno de sus reportajes.


  1. ¿Cuál fue su primera investigación
    seria?

No debería ser yo quien valorase la seriedad de un
investigación periodística mía, pero este mismo verano tuvo lugar el juicio
contra Hammerskin España, una organización neonazi que yo investigue a fondo en
Diario de un Skin. Paradogicamente, mi libro fue presentado como prueba tanto
por la fiscalía como por alguno de los abogados defensores. Y además el
Tribunal me llamó a declarar en calidad de testigo protegido, para reafirmar lo
que grabó mi cámara oculta cuando estuve infiltrado entre los skins. Al final,
la organización Hammerskin España fue condenada, y es la primera vez que esto
ocurría en Europa. Así que siento que hice un trabajo que al final ha sido
útil. Eso es lo único que a mi me preocupa.


  1. ¿En qué criterios se basa para elegir
    los temas que trata?

A veces pienso que los temas me eligen a mi. Hay
tantas cosas que hacer, tantos temas que investigar, que no creo que nunca
podamos tocarlos todos. Así que  deciden las
circunstancias, estar en un momento oportuno en el lugar adecuado, suele ser lo
que te pone delante un tema interesante al que hincarle en diente y  no soltarlo hasta llegar al final. En el caso
de los skinhead fue Telecinco quien me propuso el reto. En el de las mafias del
tráfico de mujeres y niñas, fue la misma sociedad hipócrita y falsa, en todo lo
relativo a la utilización sexual de la mujer, la que me sirvió el tema en
bandeja…


  1. Las fuentes son la base del trabajo
    de todo periodista, pero del de investigación más si cabe. ¿Qué tipo de
    fuentes suele utilizar en sus trabajos?

Supongo que esto va a sonar horrible pero… vale todo.
Cualquier fuente puede aportarte una pista. Materia prima. Por supuesto las
fuentes abiertas (hemerotecas, internet, bibliotecas, etc) son importantes.
Pero las pistas verdaderamente interesantes llegan cuando trabajas sobre el
terreno, relacionándote con las personas que se mueven en el contexto que vas a
investigar. A veces un teléfono, una matricula, una dirección, son datos que,
cruzados con otros, te ofrecen pistas maravillosas. Pero creo que también es
importante contar con otro tipo de fuentes, peritos, policías, técnicos,  confidentes, que pueden darte una valoración
de si tal o cual pista es viable. Y a esas fuentes, que pueden ayudarte en
diferentes reportajes, tienes que cuidarlos. Mis amigas prostitutas, por
ejemplo, me han ayudado muchísimo en la investigación en la que estoy metido
ahora. Mi último gran descubrimiento, en estos últimos cinco años, han sido las
redes sociales. Es una cantera de información inimaginable que los periodistas
vamos a tener que aprender a utilizar.


  1. ¿Cuánto tiempo suele dedicar a
    documentarse y a la investigación en sí?

Depende de la complejidad del proyecto. En el caso de
los skin me pase sólo 3 meses estudiando teoría, memorizando letras de
canciones, consignas, y leyendo muchos libros, boletines y revistas neonazis.
En el caso de la trata de blancas, también pase una temporada asistiendo a
congresos sobre tráfico de seres humanos, leyendo y estudiando. Pero en el caso
de mi última infiltración, los preparativos casi duraron 2 años. Esta
resultando un proyecto muchísimo mas complicado que ninguna anterior.


  1. En el libro ‘Diario de un Skin’ se
    descubrió la cara más oscura del movimiento skinhead, y después del libro
    vino la película. ¿Usted participó de alguna manera en su elaboración? ¿Le
    gusta cómo se adaptó su libro?

En realidad no. Nadie había apostado
un céntimo por el libro “Diario de un Skin” que había sido rechazado en 3
editoriales antes de que Temas de Hoy se decidiese a publicarlo. Y su
repercusión nos pilló a todos por sorpresa. Y en los contratos que yo había
firmado perdía todo control sobre los derechos cinematográficos. Es la
editorial la que vende los derechos a una productora que contrata a unos
guionistas, los cuales versionan el texto del autor, que no tiene ninguna
influencia en el guión. Sin embargo si es cierto que los guionistas me pidieron
que les ayudase a entender algunos conceptos. Y el director me pidió algún
material de atrezzo que no podían conseguir. Los posters, revistas, etc, que
aparecen en la película, son reales, y eran parte de la decoración de mi propio
apartamento, que les cedí para el rodaje. La daga de las SS que aparece,
también es mía. Y si asistí varios días al rodaje, porque el mismo Tristan
Ulloa me escribió para que le ayudase a perfilar mi personaje… La verdad es que
es una sensación muy extraña asistir al rodaje de una película en la que un
actor esta interpretando tu papel. Además Tristán se lo tomó muy en serio y se
preparó muchísimo el personaje. Hay anécdotas deliciosas del rodaje de esa
película que espero poder contar algún día. Pero esta claro que yo no soy el
super Antonio Salas que interpreta Tristan en “Diario de un Skin”, ni el que
interpreta Nancho Novo en la película basada en mi otro libro “El año que
trafiqué con mujeres”. El Antonio Salas del mundo real es mucho mas torpe, que
los del cine, y pasa bastante más angustia en esas situaciones.


  1. El proceso de mutación previo a una
    investigación, tanto físico como intelectual es enorme, en concreto el que
    sufrió para integrarse entre el movimiento skinhead. Cuando trataba de
    pensar como uno de ellos, ¿Llegó a creerse en algún momento lo que ellos
    defendían?

Meterte con una cámara oculta, y sin
cobertura de ningún tipo, en un local lleno de nazis, o en la grada de un
estadio lleno de ultras, tiene sus riesgos. Es evidente que si hubiesen
sospechado de mi y me hubiesen descubierto la cámara, no tendría justificación
posible. Así que tienes que conseguir que tu actitud y tu discurso no levante
la menor sospecha. Y para eso lo que yo siempre hago es buscar en mi propia
personalidad o creencias, cosas en común con el grupo en el que me infiltro, y
sobre ellas baso mi personaje. Así no tengo que mentir ni interpretar. En el
caso de los nazis, su fervor por el deporte y la naturaleza, su animadversión a
las drogas, los toros, etc, eran cosas que compartíamos, y sobre eso basaba el
personaje de Tiger_88. En cuanto a otras cosas, como el racismo, utilizaba
“trucos psicológicos”, como recordar a una exnovia que se caso con un cubano de
raza negra para, a través de los celos, hacer mas creíble un racismo que no
siento. Así que no, no llegué a creerme su discurso. Pero si llegue a tener
problemas con mi relación de amistad con algunos camaradas, que me causaron
unos sentimientos contradictorios a la hora de publicar el libro. Un psiquiatra
amigo me ayudó mucho en ese sentido. Pero me temo que en la infiltración actual
va a ser más complicado.


  1. En ‘El año que trafiqué con mujeres’
    su testimonio de lo vivido es sobrecogedor. Realizando la investigación,
    ¿Cuál fue la situación más comprometida moralmente que vivió?

La que vivo cada vez que tengo que
escuchar a un hombre hablar sobre las mujeres en general y la prostitución en
particular. Siempre evito en mi círculo social ese tema porque es superior a
mi. Yo soy abolicionista, y siento vergüenza de mi género, y de todo lo que vi
y viví durante esa infiltración. La investigación en la que estoy metido hace
más de cinco años es muchísimo más difícil, muchísimo más cara y muchísimo más
peligrosa. Pero no creo que psicológica y emocionalmente sea tan traumática.
Seria difícil elegir un solo momento, pero por ejemplo el instante de grabar
las negociaciones con traficantes de mujeres, como el nigeriano Prince Sonny o
el mexicano Mario Torres, para comprarles mujeres o niñas vírgenes para mis
supuestos burdeles, fueron muy comprometidos, a todos los niveles. Me plantee
cosas, como tomarme la justicia por mi mano, que no debe plantearse un
periodista.


  1. ¿Cuál es el error más grande que ha
    cometido?

Los mayores errores los he cometido
durante la investigación que estoy haciendo ahora. Por las características de
esta infiltración, tengo que mantener 3 vidas paralelas desde hace casi 6 años.
Y últimamente, en la recta final,  y con
tantas vías de investigación abiertas, el trabajo se ha multiplicado por 10 y
yo trabajo sólo, así que llevo muchos meses sin poder dormir más de 4 horas
diarias. Y esa acumulación de cansancio te resta agilidad mental y capacidad de
concentración. Así que empiezas a cometer errores… Como olvidarme una arma en
un hotel hace algunas semanas. Te puedes imaginar el follón que se montó cuando
la encontró la señora de la limpieza y avisó a la policía… Al final tuve que ir
a recogerla al juzgado y dar demasiadas explicaciones.


  1. ¿Y el hallazgo del que más orgulloso
    se siente?

Sin duda, del descubrimiento de que nosotros si
podemos cambiar las cosas. Si echas un vistazo a las secciones “Mis emails
favoritos”, en
www.antoniosalas.org, veras cientos de mails
de lectores, muy jóvenes, que decidieron dejar el movimiento nazi después de
leer “Diario de un skin”; y también de chicas españolas (las traficadas no
tienen esa oportunidad de elegir) que decidieron dejar la prostitución tras
leer “El año que trafique con mujeres”. Incluso de muchos clientes de la
prostitución que decidieron dejar de consumirla tras leer ese libro. Y para mi
no existe nada más importante que haber descubierto que nuestras armas, las
palabras, la pluma, ciertamente son más poderosa que la espada. Y nosotros, los
periodistas, si podemos cambiar las cosas. Quizás más que muchos políticos.


  1. ¿Qué opina de la prohibición del
    Tribunal Supremo de la utilización de la cámara oculta en investigaciones
    no autorizadas por el propio tribunal?

Me parece que en los últimos años se
ha frivolizado mucho el uso de la cámara oculta en un formato de programas que
yo no calificaría como periodismo de investigación. Creo que una cosa es el uso
“vouayerista” de la cámara oculta y otra su utilización para denunciar crímenes
o delitos. Yo soy quien decide cuando utilizo y cuando no la cámara oculta. Y
no siempre que hago una grabación es para emitirla, sino que la cámara oculta
te permite captar conversaciones, pero también la comunicación no verbal del
sujeto que grabas, matriculas, contextos, en definitiva información que te va a
ser muy útil a la hora de redactar el libro y, sobretodo, que puede ser muy
útil para la policía, sean judicializadas o no las cintas posteriormente. Yo
pienso seguir utilizando la cámara oculta.


  1. El secreto profesional es otro de los
    derechos que nos conciernen a los periodistas, pero no siempre se respeta.
    ¿En alguna ocasión un tribunal le ha obligado a revelar una fuente cuyo
    nombre no podía dar? ¿Hasta qué punto cree que este ‘derecho’ es un
    derecho?

No sólo es un derecho, sino que es un deber sagrado, y
además es lo más inteligente. En la vida de un periodista, tarde o temprano vas
a tener que volver sobre un tema ya tocado. Por eso es fundamental que jamás
traiciones a una fuente. Porque no solo la pierdes a ella, sino que,
lógicamente, otras fuentes se distanciaran de ti si ven que no eres leal. En la
infiltración en la que estoy metido ahora, por ejemplo, varias de las
prostitutas que conocí durante la infiltración en las mafias, me están ayudando
muchísimo. E incluso varios camaradas skinhead, sin saberlo, me han permitido
volver a infiltrarme en el mundo neonazi desde 2008, y averiguar que los skins
habían hecho una colecta para contratar un sicario que impidiese mi declaración
en el juicio contra Hammerskin España. Por eso es muy importante cuidar, mimar
y mantener tus fuentes. Afortunadamente, en mi caso, hasta ahora ningún juez me
ha presionado para que revele a ninguna. Pero tampoco lo haría.


  1. Uno de los casos más reconocidos a
    nivel mundial es el Caso Watergate, ¿Qué opinión le merece la labor de
    ‘Garganta Profunda’?

En el caso Watergate fue el primero, pero han existido
muchos “gargantas profundas”. De hecho creo que todos los periodistas de
investigación tenemos los nuestros. Sin embargo, opino que si Bersteing y
Woodward hubiesen sido españoles, Nixon habría seguido en su cargo. Como
ocurrió con la investigación sobre los GAL de Cerdán y Rubio…


  1. ¿Ha pensado alguna vez en dejar este
    tipo de investigaciones tan arriesgadas y dedicarse a otro tipo de
    especialización periodística?

 Ni se me ha pasado por la cabeza… Creo que me moriré investigando. Lo que no se es si será
de viejo. Durante la infiltración en la que estoy metido ahora, ya han muerto
asesinados, a tiros, varios “camaradas” míos. El último el pasado abril. Yo
hasta ahora he tenido mucha más suerte.


Por Ana Corbatón

1 comentario

Policia -

yo os recomiendo tambien esta otra entrevista, que reeditaron en FDM despues del juicio contra los Hammer, es muy buena:

http://www.fhm.es/site/content/article.aspx?ID=28777