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Antonio Salas

Hoy en el Diario de Alcalça: Entrevista a Antonio Salas

Hoy en el Diario de Alcalça: Entrevista a Antonio Salas

No se llama Antonio Salas pero ese nombre, su seudónimo, está marcado con una cruz entre los miembros de Hammerskin. Para ellos fue Tiger, un neonazi que apareció en el año 2000 y que se convirtió en uno de sus hombres de confianza. Meses después, un Policía le delataba y se descubría que aquel joven radical era un periodista que ya había recogido información suficiente para escribir ‘Diario de un skin’, el libro donde narra su infiltración. La semana pasada declaró como testigo protegido en el juicio contra quince miembros de esta organización neonazi. Reconoció a algunos de ellos como aquellos compañeros que se iban “caza” y asegura que, a pesar del tiempo, todavía recuerda cómo ‘respiraba’ La Bodega.

–Bautizó a La Bodega como un santuario skin. ¿Cómo era ese local?

–El ambiente era tenso, espeso. Y no sólo por el humo de los cigarrillos o la música “patriota" sonando constantemente. Las banderas, símbolos fascistas y escudos ultras que decoraban las paredes tampoco tranquilizaban mucho. Piensa que era un periodista infiltrado que además llevaba encima un equipo de cámara oculta. Al entrar en la bodega, esquivando docenas de skinhead y skingirls para grabar la decoración, los asistentes y para comprar en la barra las revistas de Hammerskin y otras organizaciones neonazis, sólo pensaba ¿y si alguien tropieza conmigo y nota la cámara que llevo escondida? ¿Y si alguien grita aquí en medio: ‘este tío es un periodista y nos está grabando’? Supongo que por todo eso el ambiente en la Bodega me parecía especialmente denso. De todas formas los propios nazis han colgado en youtube los vídeos de mi reportaje, y cualquier puede ver el interior de esa meca nazi que permaneció años clandestina.

–¿No le llamó la atención que hubiera tan cerca una Comisaría? ¿Notó en algún momento cierta permisividad de los agentes hacia los clientes del local?

–La primera vez que visité La Bodega no fue con miembros de Ultrassur ni de Hammerskin, sino con camaradas más vinculados a Blood & Honour, ya que durante años ese local pasó de manos de un grupo neonazi a otro. Recuerdo que me alivió ver que al otro lado de la manzana había una comisaría de Policía. Pensé que si fuese descubierto y tuviese que salir corriendo, allí podría encontrar ayuda. Todavía no podía imaginar que sería un mando del Cuerpo Nacional de Policía el que me delataría a Mario, uno de los Hammerskin procesados estos días atrás, y quien trabajó en La Bodega tiempo después. Así que yo hablaría de algo más que permisividad. Sin embargo, es justo aclarar que el mando que me delató era de Madrid, no trabajaba Alcalá. Por tanto no tenía ninguna relación con esa comisaría y sus miembros.

–¿Cómo vivió el momento de declarar en el juicio reconociendo entre los imputados aquellas caras conocidas?

–No es la primera vez, ni será la última, que mis reportajes terminan con la detención de los delincuentes que había grabado durante la infiltración y tengo que ir a declarar para validar lo grabado en mis cintas. Ese no era el problema. Lo que me inquietaba es que los abogados de los skins querían anular mi condición de testigo protegido para poder averiguar y difundir mi identidad. Y este es un momento muy inoportuno para eso, ya que llevo cinco años metido en otra infiltración, muchísimo más complicada, peligrosa y costosa que los skinhead o las mafias, y si mi identidad real trascendiese todo ese trabajo habría sido inútil. Además, descubrí que hace varios meses las skingirls madrileñas estaban reuniendo dinero para pagar a un sicario que evitase mi declaración en el juicio. Pero el tribunal consideró que mi condición de testigo protegido estaba más que justificada y que no se podía revelar mi identidad. Aún así reconozco que sentarse en un estrado y enfrentarse a 9 ó 10 abogados de los skin, cuya misión es desacreditar tu investigación sobre sus defendidos, no es agradable. Aunque tampoco podían hacer nada. La ventaja de la cámara oculta, y ahora se ha evidenciado, es que sólo capta lo que esta ocurriendo, yo no añado nada. Las imágenes de La Bodega, las gradas del Bernabéu o las cacerías humanas se defienden solas.

–Los guardias civiles que declararon en el juicio aseguraron que Hammerskin España quería instaurar el IV Reich en el país. ¿Constató en algún momento durante su infiltración esa teoría?

–Es evidente que, por definición, todos los neonazis anhelan el retorno del Nacional Socialismo al poder en Europa, pero ese no es el problema. Es una ideología política y, aunque no la comparta, creo que lo que nos define como Estado de Derecho es que nosotros sí permitimos la existencia de opciones políticas que no compartimos. Aunque jamás votaría a un partido como Democracia Nacional, Europa2000, el Movimiento Social Republicano o cualquier otro partido de extrema derecha o ideología neonazi, les reconozco su derecho a existir y a defender su ideología con las mismas armas que cualquier otro partido, porque sé que mis argumentos lógicos son más poderosos que los suyos. Sin embargo, la violencia, las palizas o los asesinatos racistas son los que no tienen sitio en ninguna sociedad libre y democrática. Por tanto, mientras los nazis se limiten a buscar el retorno del IV Reich siguiendo las reglas del juego legal, a mí me parece lícito. Pero si lo intentan a través de la violencia, donde tienen que estar es donde están ahora los hammerskin: en el banquillo.

–Sin embargo, sólo se han sentado quince acusados, pocos para un movimiento muy numeroso al parecer.

–Lo advertí hace seis años cuando se publicó mi libro. Los grupos neonazis, racistas y xenófobos crecerán de forma proporcional a la inmigración ilegal y así ha sido. La victoria de la extrema derecha en las últimas elecciones europeas es sólo otro síntoma de lo que se avecina. De todas formas la violencia racista y xenófoba se ha cobrado muchas vidas en España, como en el resto de Europa, antes de este juicio. Si se condenase a Hammerskin como asociación ilícita sería la primera vez que ocurre esto en Europa y podría sentar un precedente judicial importantísimo para convencer a otros jóvenes neonazis de que sus palizas, cacerías de homosexuales, negros, judíos o comunistas, sólo les llevarán a la cárcel. Y no olvidemos que está pendiente también el juicio a los Blood & Honour. Así que la sentencia que se emita en este proceso puede ser muy importante.

http://www.diariodealcala.es/content/view/9847/52/

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